miércoles, 13 de mayo de 2009

Las Voces y Yo

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Cuando sentí el sudor escurrir por mi cara me detuve, tratando que mi ritmo cardiaco se normalice; un poco después escuché que me hablaban, la voz provenía de alguien (o algo) que pudiese estar en mi hombro izquierdo, eso me sorprendió, pero más fue cuando le puse atención porque decía

-Ahora que estás cansado, fíjate que en la acera de derecha hay un “table dance”, ve y yo me encargo que recibas la mejor atención que has tenido en tú vida

Volteé, y en efecto, allí estaba, pero al instante escuché otra voz, sólo que esta proveniente del lado derecho diciéndome

-Cosas vanas no dejáis nada bueno al espíritu, lo que debiésemos procurar es estar bien con el Señor –un fuerte énfasis en esa palabra- a lo que sugiero que mejor vayáis al templo que está en la acera izquierda

Escuché las dos voces pero no me convenció ninguna de las dos propuestas, a lo que proseguí con mí andar… derecho.
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