jueves, 4 de septiembre de 2008

La Adivina y el Mago

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Había una vez un Mago frío y simple (o simplemente frío), que vivía sin saber precisamente para qué o por qué, él sólo vivía. Hasta que llegó una Adivina a cambiar su percepción de la vida, haciendo que todo cambiara, que todo tuviera más color, que la música sonara con más ritmo, que estar solo no significara estar en soledad, que estando juntos las horas transcurrieran como segundos, pero que estar separados lo sintiera como momentos detenidos, que la frialdad desapareciera y que… la vida tuviera sentido. Y una vez Él dijo refiriéndose a Ella (pero procurando que nadie lo escuchara) -en el conocerte también me he conocido-. Y esto de verdad lo creía, porque había algunos aspectos que se desconocía. Pero no fue hasta después de una larga espera (y a lo mejor algunas coincidencias) que todo fue cambiando. Y Él (no sé si Ella), se fue dando cuenta que la Adivina se convirtió en Maga y el Mago en Adivino, y no sé si fue por las bacterias transmitidas o por el tiempo convivido o por las experiencias juntos o las aventuras vividas los dos unidos o… por azares del destino, el caso es que Ella hizo que Él se sintiera MÁGICAMENTE y Él ADIVINÓ que fue por Ella.
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Éste ya lo había publicado en otro lado, pero a lo mejor alguien no lo había leido, y por eso lo pongo en este blog.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

no haz cambiado...

Fernandinova (: dijo...

"Aaahh qué bonito, xD.
-en el conocerte también me he conocido- eso está genial."

Jaja.

Y juntos formaban un ser mágicamente adivino :3

(Más te vale que sea gratis...haha XD)