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Desperté mucho más temprano que de costumbre debido a mi primer día de trabajo. Hice todo lo necesario (bañarme, cambiarme, peinarme, desayunar, lavarme los dientes, el perfumito, etc.) para ir presentable. A la hora en que me disponía a salir del hogar mi madre apareció en la puerta de su recámara diciéndome
-Que tengas un buen día y pídele a Dios mucho trabajo.
-Gracias mamá; y a Dios le pido muchísimo trabajo... Para todos.
1 comentario:
hola
ps la verdad me agrada mucho lo que escribes.
asi es de que ya estás trabajando?
orale.
me gusta que hayas abierto un blog,para ahí plasmar tus ideas.
felicidadespor tu forma de expresarte ,no todos tenemos ese don.
atte:
Elizabeth Sanchez
cuidate mucho, y seguiré pasando a tu blog.
un abrazo.
bye
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